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 Observar....Sentir.....Re-vivir

Estar en Dachau y caminar por todo el entorno y los espacios por los que nuestros seres queridos habían pisado día tras día durante muchos meses y años con la esperanza de una salida y un retorno a sus hogares, representa para los familiares, amigos e incluso para los desconocidos una profunda emoción difícil de olvidar.



Observar ese entorno, las zanjas, los alambres, las torres de vigilancia, las barracas reconstruidas, los pabellones, los árboles, la avenida central, sentir el silencio, el calor o el frío nos lleva a imaginar, a revivir un espacio que se convirtió en su refugio vital el tiempo que allí permanecieron.




Pero es complejo para nosotros ciudadanas y ciudadanos libres poder hacernos una idea de lo que realmente las víctimas tuvieron que vivir. Podemos darles voz, recordar a todos ellos..., pero nunca podremos substituir sus experiencias. Vaya para todos ellos unos instantes de profundo silencio en su recuerdo.




 " DACHAU Y LA SOLUCIÓN FINAL"  

Primero un mundo insano de hambre y de miseria.
después la larga guerra con su dolor humano,
vivero fértil de grandes oratorias
para engañar con los discursos vanos.

Vistieron de pardo sus camisas
cogieron pistolas y látigos de cuero,
ecos fríos de metales relucientes
en las húmedas calles del infierno.

Judío y gitano errantes
fueron sacados desnudos de su lecho,
golpearon ventanas y cristales
pusieronles su sello.

El jefe hinchó el pecho, levantó su rostro,
alzó la mano, la masa en formación guardó silencio.
Al ademán, rugieron vítores y canciones,
luces y estandartes ondearon en el viento.

Creció pútrida plaga la demencia,
se lanzó el necio con orgullo a conquistar la tierra.
El ciego al ciego condujo y el loco al loco.
Estalló la guerra.

Lúgubres payasos que asustan a la gente
desfilan por Europa, cabriolas sobre motos,
buscando disidentes.

Gris y oro, el otoño languidece,
DACHAU se llena con trenes cada día,
los árboles se desnudan lentamente
y el sol tamizan,
los presos lo agradecen.

Llega el hambre y viene el frío,
todo se cubre de nieve,
el cielo se hace plomizo,
negras furias arremeten
con torturas. Se hace el silencio,
son los presos que se mueren.

Faltan mantas y alimentos,
se alarga la enfermedad,
se hace inaudible el lamento.

La locura se hace inaudita
por negar la libertad.

Bajo los álamos yacen
prisioneros que agonizan
¡Imposible soterrar!
Un horno de gran potencia,
máquina inmóvil
que transporta la demencia,
echa su vapor al cielo
¡ Y marcha a ningún lugar!
Atormenta el largo invierno
con su cuchillo, el viento se hace canción,
mengua el bosque, falta el fuego,
se apilan las calaveras en el lugar del carbón
y no se puede esperar.

¡Hay que quemar a los vivos!
Es la solución final.

© Rafael Rodrigo Navarro



Dachau 27 de julio de 2007

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